Tenencia compartida: ventajas y desafíos para las familias

Cuando una pareja se separa, una de las cuestiones más sensibles es definir con quién vivirán los hijos. Durante mucho tiempo, la práctica judicial tendió a otorgar la tenencia a uno de los progenitores —en general, la madre— mientras el otro ejercía un régimen de visitas. Sin embargo, en los últimos años ha cobrado fuerza la figura de la tenencia compartida, que busca que ambos padres sigan ejerciendo activamente su rol.

En este artículo, desde Estudio RIM, analizamos qué significa la tenencia compartida, cuáles son sus ventajas y qué desafíos plantea en la vida familiar.

¿Qué es la tenencia compartida?

La tenencia compartida es un régimen en el que los hijos menores de edad residen alternativamente con ambos progenitores, en condiciones equilibradas y respetando siempre el interés superior del niño. No significa necesariamente que el tiempo se divida exactamente en un 50 %, pero sí que ambos padres participan de manera activa en la crianza, educación y toma de decisiones.

Este modelo ha sido promovido por normas recientes en Uruguay, que reconocen el derecho de los niños a mantener un vínculo estrecho con ambos progenitores, aun cuando la pareja se haya disuelto.

Ventajas de la tenencia compartida

1. Mayor equilibrio en la crianza

La tenencia compartida favorece que los hijos no perciban una ruptura drástica en el vínculo con ninguno de los padres. Esto ayuda a sostener la estabilidad emocional y reduce la sensación de abandono.

2. Responsabilidad compartida

Ambos padres asumen de manera más equitativa las responsabilidades de cuidado, educación, salud y acompañamiento. Esto evita que uno de ellos quede sobrecargado y fomenta la corresponsabilidad.

3. Beneficios para los hijos

Los estudios psicológicos muestran que los niños que mantienen contacto frecuente con ambos progenitores suelen adaptarse mejor a la separación de sus padres y presentan menos problemas de conducta.

4. Menor conflictividad

Cuando existe cooperación, la tenencia compartida disminuye las disputas por regímenes de visitas, ya que ambos padres saben que tendrán participación activa.

5. Refuerzo del rol parental

Permite que los padres sigan involucrados en las decisiones cotidianas (como asistir a reuniones escolares, llevar al médico o compartir actividades), fortaleciendo el vínculo familiar.

Desafíos de la tenencia compartida

1. Requiere comunicación fluida

La tenencia compartida solo es viable si los progenitores mantienen un canal de comunicación respetuoso y constante. En contextos de conflicto o violencia doméstica, puede resultar muy difícil de implementar.

2. Adaptación de los hijos

Algunos niños pueden experimentar inestabilidad al tener que trasladarse entre dos hogares con frecuencia. Es fundamental organizar rutinas claras para minimizar el impacto.

3. Costos económicos

Mantener dos hogares aptos para recibir a los hijos implica gastos adicionales en vivienda, mobiliario y logística. No todas las familias tienen la misma capacidad para afrontarlos.

4. Decisiones conjuntas

Aunque es positivo que ambos padres participen, también puede generar demoras o conflictos si no logran acuerdos rápidos en temas de salud, educación o recreación.

5. Diferencias en estilos de crianza

Cada progenitor puede tener reglas distintas respecto de horarios, disciplina o actividades, lo que genera confusión en los niños si no se coordinan criterios básicos.

¿Qué dice la ley en Uruguay?

La normativa uruguaya reconoce la corresponsabilidad en la crianza como principio rector. El juez debe priorizar siempre el interés superior del niño y, cuando es posible, fomentar la tenencia compartida.

No obstante, en casos de violencia doméstica, negligencia o riesgo para el menor, se descarta esta opción y se privilegia la protección del niño.

Recomendaciones prácticas para familias

  • Poner al niño en el centro: las decisiones deben pensarse en función de lo que mejor garantice su bienestar.
  • Definir un plan claro de convivencia: establecer horarios, días de estadía, actividades escolares y extraescolares.
  • Mantener una comunicación respetuosa: incluso si hay diferencias personales, se debe priorizar el rol parental.
  • Buscar acuerdos escritos: muchas veces, dejar constancia ayuda a evitar malentendidos.
  • Consultar con profesionales: psicólogos, mediadores y abogados de familia pueden orientar para encontrar la mejor solución.

Conclusión

La tenencia compartida es un modelo que refleja la evolución del derecho de familia hacia una visión más equitativa y centrada en el interés superior del niño. Sus ventajas son claras: mayor equilibrio en la crianza, vínculo estrecho con ambos progenitores y responsabilidad compartida. Pero también implica desafíos, especialmente en la comunicación y coordinación entre los padres.

En Estudio RIM acompañamos a las familias en procesos de separación y custodia, brindando asesoramiento jurídico y humano. Si estás atravesando esta situación y querés conocer más sobre la tenencia compartida, consultanos: juntos podemos buscar la mejor solución para vos y tus hijos.

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